Uuhh, loco . . .

jueves, julio 6

Una fiesta

Estábamos en familia preparándonos para irnos a una orgía que nos habían dicho se celebraba a media hora caminando dirección sureste. Ya desnudos los cuatro nos adornábamos con guirnaldas de flores y probábamos el vino y las hierbas con los que convidaríamos a nuestros compañeros de fiesta. “¡Este hijo mío honra al divino Dionisios con sus pies!” exclamé satisfecha mientras las uvas pisadas por Telegono llenaban nuestras ánforas. “Cuando no honra al divino Príapo con sus manos” retrucó Telémaco un poco celoso. Estábamos muy felices. Iríamos danzando y cantando al encuentro de los demás para gozar en gratísima comunión.
-¡Reina Penélope, maga Circe! –llamó un fauno desde afuera de la casa -¡Telemaco, Telegono!
Salimos los cuatro con nuestras guirnaldas y ánforas para ir con el precioso fauno hasta la fiesta.
-¡Oh! ¡Que bellos están los cuatro! –suspiro el fauno un poco melancólicamente- ¿puedo probar un poco del vino que traen?
-Tomaremos todo el que quieras en la reunión –le dije mientras lo besaba saludándolo- aunque podés irlo degustando en el camino.
- Maga preciosa, divina reina de la hechicería . . .
-¿Qué sucede bestezuela erótica?
-No habrá tal orgía... -se lamentó el fauno- Parece que Dionisios y
Eros han olvidado llenar en el formulario XXIII el casillero CV. Y por supuesto nunca presentaron las 3 copias autenticadas por escribano.
-¡Y como iban a cometer semejante indignidad! –grité colérica- son dioses griegos, no personajes kafkianos.
-¡Ahhhh! –suspiró el fauno -¿puedo probar el vino ahora?
Telegono le alcanzó un ánfora al fauno que no tardó en beber como si fuese un naufrago sediento. Penélope, decepcionada, se quitó su guirnalda de
jacintos y violetas y empezó a beber junto al fauno. Odié la cancelación de la orgía pero mas trágico sería aún tener que soportar a toda mi familia y al fauno con borrachera triste y nostálgica, recordando cuando no había formularios, ni escribanos públicos. Les quité las ánforas y les puse las guirnaldas nuevamente.
-Sé donde vive
Quirón y él tiene muchos amigos...-les dije animosamente- ustedes vayan por sus amigos, yo voy por Quirón, ofrezcamos nuestra alegría a Dionisios y Eros...está noche hay fiesta igual.
Salimos los cinco en distintas direcciones, vestidos nada mas que con nuestras guirnaldas, danzando, saltando, cantando, buscando seres que amen el placer que es lo único que nos permite amar. Y el amor es siempre aquí y ahora, como todo lo eterno, se parece mas al cielo y sus estrellas que a una agenda o a un almanaque.
Cuando me alejaba dando mis cabriolas me pareció escuchar que el fauno tatarareaba aquella canción que le escuché a algún dios en el Olimpo, esa que se llama
“Don´t stop me now”.
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