Uuhh, loco . . .

martes, junio 13

¡Dale! Hacete amiga

Candelaria, inesperada y repentinamente, empezó a llorar profundamente acongojada. Penélope y yo, muy conmovidas, nos acercamos a ella intentando consolarla. La abrazamos, besamos sus mejillas, peinamos su pelo, tomamos sus manos, Penélope limpió lágrimas y mocos con su delicado tejido. Cuando quise ofrecerle a Candelaria mi cigarrito, Penélope me empujó haciéndome tropezar con un gato que asustadísimo saltó un metro y medio completamente erizado. Toda la torpe acrobacia provocó inmediatas carcajadas en la muchachita que cuando pudo recuperar el ritmo de su respiración, suspiró: “¿Y ahora que hago?”.
-El consejo de Circe está muy bien –dijo Penélope para suavizar el empujón- hacete amiga.
-El dijo que quería ser amigo tuyo, pues bien, de alguna manera le gustás. Le gustás lo suficiente como para desear tu amistad. Nadie tiene amigos que le disgusten.-intervine- He conocido un montón de homosexuales que han mantenido relaciones amorosas heterosexuales y mas heterosexuales que han mantenido relaciones amorosas homosexuales. ¿Te asombra?. No debería asombrarte. No existe tal cosa como homosexuales o heterosexuales. Lo único que existen son las relaciones amorosas entre seres de la misma especie. El problema que se te plantea ahora es que sos mujer y que con quien deseas fervientemente mantener estrechísimas relaciones amorosas muestra una marcada preferencia por mantener relaciones amorosas con hombres.
-Es puto –sentenció Candelaria.
-Eso no existe ¿no escuchaste? –dijo Penélope- Mi Ulises, que era muy hombre, estuvo dos años disfrazado de mujer para no ir a la guerra.
-Eso no suena muy de hombre –opinó Candelaria.
-Sin embargo lo era –afirmó Circe- A Ulises siempre le gustaron mucho mas las mujeres que los hombres. Eso no quiere decir que en el barco, sólo con sus marinos...Pero esa es otra historia. Ahora, Candelaria, sí querés mantener relaciones amorosas con tu enamorado vas a tener que sacar lo mejor de vos para conquistarlo. Tu material evidente para la conquista no va a ser suficiente ésta vez. Pero no tenés de que preocuparte, sos una niña encantadora, hacete amiga, él se va a enamorar.
Candelaria se sintió satisfecha con la predicción. Y mas segura estuvo de que yo no me equivocaba cuando aparecieron en la mitad de la reunión Telemaco y Telegono recién llegados de Londres. Evité explicarle que Telegono era mi hijo y marido de Penélope y Telemaco hijo de Penélope, mi marido. Los presenté como nuestros maridos. Candelaria había visto ya en varias ocasiones a su enamorado acompañado de estos dos hijos de Ulises.

martes, junio 6

Hacete amiga

(Un jardín. Penélope está tejiendo crochet sentada en una silla. Circe está en cuclillas observando y oliendo distintas hierbas. Mientras varios animales las siguen y acompañan.)
Penélope (levantando los ojos de su tejido)- Me parece que ahí viene tu amiguita Candelaria. No parece muy contenta.
Circe (sin dejar de hacer su tarea)-Por lo que me comentó el conejo, no debería estarlo.
Penélope-¿Pero es que no le diste la bendita poción de amor?
Circe- Sí, se la dí.
Penélope- ¿Entonces? Esa pócima funciona siempre, salvo con mi Ulises, claro está...
(entra Candelaria, furiosa)
Candelaria- ¡¡No funcionó!!
Penélope (deja caer el tejido)- ¡Ulises ha vuelto!
Circe (riendo)- No volvió nada. El amado de Candelaria es marica.
Penélope- ¡Pero mirá que sos bruja!
Candelaria- Digale hechicera ...
Circe (limpiándose la manos en el vestido, se sienta en el pasto con las piernas cruzadas, saca un papelito y empieza a armar un cigarrito con las hierbas que seleccionó)- Es la verdad, es marica. Que es mucho mejor que muerto, como Ulises.
Candelaria (se sienta copiando a Circe)- ¿Cómo sabe?
Circe- ¿Lo has seguido como te dije?
Candelaria- Si.
Penélope (indignada)- ¿La has mandado a seguirlo?
Circe- El joven la tiene que conocer para que el hechizo funcione, ese es uno de los dos requisitos, el otros es que le gusten las mujeres.
Candelaria- Logré que me saludara y me preguntara mi nombre en sólo dos días.
Circe- Le debe haber gustado tu peinado. ¿Lo viste con alguna otra mujer?
Candelaria- No, sólo con su madre.
Penélope (vuelve a su tejido)- Uy, que problemita.
Circe- ¿Se pone nervioso en tu presencia?
Candelaria- No, ni un poco
Penélope- ¿Pero te has vestido de alguna manera insinuante como para provocarlo?
Candelaria- ¡Hasta me he desvestido insinuante!
Penélope- ¡Mirá a la nena!
Circe- ¿Has cumplido el rito tal y como te lo he enseñado?
Candelaria- Si, hechicera. Tomé la pócima que me dio a la hora que me señaló, me la eché encima como si fuera un perfume recitando las palabras mágicas. Me vestí tal y como me dijo y me encontré con él en el monte que usted me indicó. Le di para beber la pócima... se la tomó toda y le encantó. Parecía un poco ebrio. Yo que pensaba que era tímido...Habló todo el tiempo. Cuando finalmente apareció el conejo que usted me anunció vendría como símbolo de bendición divina de fertilidad, me ofrecí a él, primero timidamente pero al no tener respuesta me puse mas vehemente...Me rechazó.
Penélope- La antigua tradición griega...
Circe- ¿Con que excusa te rechazó?
Candelaria- Con ninguna. Me ignoró. Cuando notó que yo estaba mas interesada en que me besara, que en su descripción minuciosa del vestuario de Aída, me ofreció acompañarme a mi casa esgrimiendo que el prefería una amistad conmigo.
Penélope- ¡Que disgusto!
Circe- Hacete amiga entonces.
Candelaria- ¡Pero es marica!
Circe- No será tu marido pero puede ser tu amigo. No está nada mal.
Penélope- Es lo que hay.
Candelaria- Mayéutica.