Una- Hace mas de un mes que le pedí que no llamara mas y harán como 2 años que no vivo mas con él . . . y así fue como me libre de cenar con su madre todos los domingos. Ni fumada soportaba ese programita. ¡Y mirá que tuve novios! Todos con madre. Todas mujeres adorables con quienes yo hubiese cenado todos los días si eso hacía feliz al novio . . . Pero esa harpía . . .
Laotra- Ni me hablés de esa bruja hedionda . . . debe ser yeta (hace los cuernos, da una pitada al bareto y se lo pasa a Una) Cuando lo conocí me dijo que se acababa de separar de vos.
Una- ¿Y eso fue en . . .?
Laotra- Bueno, hace 2 años atrás, por agosto del 2003 mas o menos.
Una- (Ríe) ¡Todavía estaba instalado en mi casa! Hasta noviembre estuvo de garrón en mi casa, a pesar de mi y mi economía.
Laotra- (Ríe) Eso me explica a mi muchas de sus excusas de los primeros meses.
Una- A mi me las confirma.
Laotra- ¡Y él muy caradura me dijo que se separaron porque VOS le metiste los cuernos!
Una- Lo mismo que dijo de TODAS sus otras novias. Ese es siempre el motivo que él esgrime para justificar el fracaso de sus relaciones: acusa del daño que él comete. En parte para no olvidarse la mentira que dijo y además para poder victimizarse a sus anchas. Eso le encanta.
Laotra- (Ríe) ¡Es cierto! ¿Pero vos no le metiste los cuernos?
Una- No. Sospecho que las otras tampoco.
Laotra- ¿Porqué no le metiste los cuernos? ¿No fuiste la que mas tiempo estuvo con él? ¡Y todos los días! ¿Cómo hiciste para aguantarlo? ¿No te cansó?
Una- Si me hubiera cansado nomás . . .Hasta me enfermó de tanto asedio. Me terminó lastimando y hasta me recetaron un antibiótico.
Laotra- (Ríe) A mi también me enfermó, pero yo terminé en quirófano: hemorroides.
Una- (Se agarra el culo instintivamente) ¡¿Le diste el culo?! ¡El culo! ¡Estás loca! No es la mas grande que vi pero sí lo suficientemente importante como para negarle el acceso trasero.
Laotra- No como vidrio. Entregaba el orto cuando ya la tenía media chirle y él se empecinaba en que lo haga acabar igual. Lo que me perjudicó fue que eso ocurría seguido y cada vez mas . . .
Una- (Ríe) Si, está en decadencia.
Laotra- (Ríe) ¿Viste? Pensé que era una idea mía esta del “aflanamiento” progresivo de su miembro.
Una- (Ríe) ¡Que nabo es! En vez de quedar bien con una queda mal con dos. Yo le hacía un pete y ya.
Laotra- ¡Lo sé! Vos le hacías demasiados petes, nena. Lo malcriaste. Tuve que escuchar reclamos entre sollozos como: “Aunque ella –por vos- no me quería me la chupaba todos los días”.
Una- (Ríe) Tampoco era todos, todos los días . . .y sí lo quise.
Laotra- Evidente, sino no se explican tres años con él. A mi no me gustaba hacerle petes. Por una cuestión de justicia, mas que nada. Él casi no me la chupaba y cuando lo hacía, lo hacía mal.
Una- No es su virtud.
Laotra- ¿Y cual es su virtud?
Una- No sé. Y me voy a quedar con la duda porque me cansé de buscarla. A mi lo que me extraña es que nunca me haya pedido el culo. Se ahorró un NO. Pensé que él no le había hecho el culo a nadie. Mi teoría acerca de porque él fue el único que no me pidió el culo se sostenía desde sus represiones y sus insalvables miedos a las innovaciones, a los cambios . . .
Laotra- ¡Lo estuviste analizando como loca durante este tiempo!
Una- Igual todavía no entiendo porque mi papá es como es.
(Ríen las dos como locas)
Laotra- Si, es por ahí el mambo. Porque para enredarse con tipos como él hay que venir con algún chifle de origen.
Una- Ajá.
Laotra- Igual tu análisis me parece correcto porque el orto se lo entregué yo. Ya te dije: no se sostenía como la necesitaba en donde estaba así que la cambiaba a un lugar mas angosto. YO la cambiaba, no él. Pero ante el efecto “aflanamiento” prefería eso a chuparla.
Una- Cada una con su vicio.
Laotra- Y otra cosita: Yo no sé si a vos te hubiese pedido el orto. El decía que vos te comportabas como una reina y que tenías esa clase de actitudes ¿entendés?
Una- ¡La reina de los petes! ¡Cualquier cosa dice! Aparte, hay reinas y reinas: mirá a Freddie Mercury . . .
(continuará . . .)
